MI
ENCUENTRO CON EL PORTAFOLIO DE EVIDENCIAS
Mi experiencia con los
portafolios es muy reciente, quizás de hace más menos 8 años, desde que asimilé e inicia para mí, la reforma laboral en la que estamos inmersos
y digo para mí, porque en mi trayectoria me han tocado varios cambios de
programas en las asignaturas de especialidad que fueron reformas educativas; sin embargo esta
como todos mencionan es una reforma educativa de gran calado y cuando tomo
consciencia de ello me encuentro con términos no todos nuevos pero si con otro
significado para mí, como competencias,
atributos, constructivismo, tecnologías
de la comunicación, etc. ; y el tema en
cuestión “portafolio de evidencias”.
Viene a mi mente que en el
2006 tome un diplomado para las competencias docentes del siglo XXI y era muy
novedoso el tener que enviar fotografías
de todo lo que hacía en el aula, fue mi primer contacto real con el término
evidencia. Y quizás cuestionen ¿que nunca se tomaba fotografías? la respuesta
es sí, pero, tenían otro significado,
para mi eran mis recuerdos, mis vivencias pero jamás había visto una fotografía
como una evidencia. Y como baby boomer empiezo a romper mis cuadros y empieza mi aprendizaje.
Y así con la seguridad de
que era lo correcto, un inicio de
semestre decidí darle el nombre a la libreta de “portafolio de evidencias”. Mi primer
encuentro con este término lo aterrice mencionando a los muchachos que su
libreta era su portafolio de evidencias, la cual que debía tener una hoja de
presentación, un programa, las
competencias a desarrollar, el plan de evaluación, un reglamento y fui muy
atrevida y les pedía una portada, que podía ser una fotografía de ellos, de su
novio (a), de su actor, jugador, cantante favorito.
Pero aun no lograba entender
del todo, la importancia de este portafolio, porque si bien llegaban los papas
a preguntarme sobre el aprovechamiento de sus hijos, lo primero que les pedía
era su portafolio y me daba cuenta que no podía demostrar que los alumnos
tenían inconsistencias, porque es común que los muchachos te digan “le pedí
permiso para ir al baño”; estaba en el salón y no la oí, o no me oyó en fin había una serie de vacíos de
evidencias.
Entonces el siguiente
semestre pedí que los padres de familia la firmaran, luego se me ocurrió agregar reportes, pegar
calificaciones de los parciales y que cada alumno llevara su control de
asistencias, etc. de tal forma que la libreta estaba gorda
llena de documentos.
Esa libreta debía contener
todos los apuntes dados por el facilitador, las tareas, las actividades hechas
en clase, era quizás como un compendio
de todo lo que se hacía durante el semestre, los rotafolios, carteles,
periódicos murales, que se hacían eran
para el día, porque era imposible cargarlos todos los días o pegarlos en la
libreta y quizás se tomaba una foto y nada más, (porque la cámara no la
visualizaba como una herramienta de trabajo, sino como de entretenimiento.)
pero esta foto no se guardaba o no la imprimían los muchachos, en fin.
Con el paso del tiempo he
logrado que los muchachos de forma anexa a la libreta, guarden los trabajos más significativos para
ellos y para satisfacción mía los muchachos están mucho más interesados en su
aprendizaje que se ve reflejado en las actividades que desarrollan, que son una
clara evidencia de los logros alcanzados.
Esto hizo que cada semestre sistemáticamente se me ocurría agregarle más apartados al portafolio de los muchachos y
no sé, debo reconocerlo en qué momento
me di cuenta que yo necesitaba también mi portafolio, y empecé con guardar
algunos exámenes, algunas fotografías, etc. sin embargo faltaba más.
Porque si bien es cierto no
soy docente de formación, reconozco que
después de algunos años en esta profesión me tomo mi tiempo para preparar mis
clases y prepararme para impartirlas.
Y si, hago mis análisis y me autoevalúo, sin embargo lo hago solo
para mí sin evidencias, en esos momentos que piensas ¿Qué estás haciendo mal? y
¿Cómo justificas un aprendizaje y lo relacionas con una calificación?
Esto hace crisis más a o
menos hace un año donde de manera colegiada en la Institución, tratamos de elaborar un portafolio docente el
cual determinamos que debía tener una autobiografía, una ideología, un
programa, las competencias, etc., pero
igual estoy aquí tratando de encontrar el rumbo de mi portafolio. Porque hasta
ahora lo que me queda claro es que el
portafolio es personal y contiene lo que para mí es significativo en función a
mis objetivos.
Y encuentro una luz con la
lectura de Prendes Espinoza & Sánchez Vera donde recopila algunos conceptos
de portafolio, que defino como “Colección de materiales físicos, visuales,
auditivos, audiovisuales, elaborados de forma tangible o intangible de acciones
realizadas con la finalidad de alcanzar un aprendizaje a través
del desarrollo de competencias.
Bien, ahora partiendo de esto puedo decir que todo
lo tangible es todo lo objetivo, lo que
los alumnos o yo hacemos para mostrar ese aprendizaje al exterior, y
entonces lo intangible es ese momento de recapitulación que tanto alumnos como
facilitadores debemos hacer hacia nuestro interior, el análisis, el escribir
nuestra argumentación de lo que queremos alcanzar y hemos logrado, de cómo
vamos avanzando en la construcción del conocimiento, esta parte es estrictamente personal, nadie
más que nosotros debemos saber qué es lo que nos está faltando, y no porque sea
top secret, sino porque el aprendizaje
es un proceso superior, complejo, interno y
personal. Que muchas veces no sabemos ni como lo aprendemos lo único que
sabemos es que queremos y nos interesa hacerlo nuestro y una vez que lo
logramos, entonces el conocimiento se
socializa.
Ahora sé que un portafolio
de evidencias va a servir para evaluar mis avances en el plan trazado y va
poder mostrar mis áreas de oportunidad.